¿Estamos listos para la revolución de la inteligencia artificial? Demis Hassabis advierte que «la IA lo cambiará todo»

La inteligencia artificial ya está transformando el mundo, pero según Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind, lo mejor (o lo más desafiante) aún está por venir. En una reciente entrevista con The Times, el líder de una de las divisiones más influyentes de Google afirmó sin rodeos: “No habrá nada que un humano pueda hacer que una computadora no haga mejor”.

Hassabis, quien ha dedicado su vida a entender la inteligencia humana para replicarla en máquinas, está convencido de que la IA transformará por completo la economía, la ciencia y hasta la razón de ser de la humanidad. Sin embargo, también advierte que este avance traerá dilemas existenciales que aún no hemos resuelto.

De niño prodigio a líder de la revolución tecnológica

La historia de Hassabis no es la de un empresario convencional. De niño fue un prodigio del ajedrez, alcanzando el segundo puesto mundial en su categoría a los 12 años. Sin embargo, más que el juego en sí, le fascinaba el proceso de toma de decisiones. Con el dinero ganado en torneos compró su primera computadora y aprendió a programar, un punto de inflexión que lo llevaría a revolucionar el campo de la IA.

A los 17 años ingresó en la industria de los videojuegos, programando para Bullfrog, la compañía de Peter Molyneux. Su talento lo llevó a desarrollar el código de Theme Park, un videojuego de simulación que se convirtió en un éxito global. Aunque le ofrecieron una fortuna para continuar en la industria, Hassabis rechazó la oferta y optó por estudiar informática en la Universidad de Cambridge. Posteriormente, realizó un doctorado en neurociencia con un solo objetivo en mente: comprender la inteligencia humana lo suficiente como para replicarla en máquinas.

DeepMind y la apuesta por la inteligencia artificial general (AGI)

En 2010, junto a Shane Legg y Mustafa Suleyman, Hassabis fundó DeepMind con una meta ambiciosa: desarrollar inteligencia artificial general (AGI), una tecnología capaz de aprender y adaptarse como un ser humano.

Los primeros logros de DeepMind llegaron en el mundo de los juegos. Su IA sorprendió al mundo al vencer a campeones humanos en Pong, Go y otros desafíos estratégicos. Este éxito atrajo la atención de inversores como Elon Musk, y en 2014, Google adquirió la compañía por 400 millones de libras.

Sin embargo, el mayor hito de DeepMind fue la solución del problema del plegamiento de proteínas, un desafío que la comunidad científica intentaba resolver desde hace 50 años. Gracias a AlphaFold, la IA de DeepMind, ahora es posible predecir la estructura de las proteínas con una precisión sin precedentes, revolucionando la investigación biomédica y permitiendo el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades.

Un futuro definido por la IA: oportunidades y amenazas

Hassabis está convencido de que la IA transformará cada aspecto de la vida humana. Desde la cura de enfermedades hasta la exploración espacial, la inteligencia artificial podría eliminar muchas de las limitaciones que hoy enfrenta la humanidad. Sin embargo, también plantea una pregunta inquietante: ¿qué sucederá cuando las máquinas puedan hacer todo mejor que nosotros?

“Vamos a necesitar nuevos filósofos. Este sería el momento perfecto para que apareciera un nuevo Kant”, reflexionó Hassabis. Entre las posibilidades que contempla está la fusión entre el cerebro humano y la IA, la creación de sociedades post-escasez donde el trabajo ya no sea esencial o incluso una humanidad expandida por el cosmos.

Pero la oportunidad viene con un riesgo. Hassabis advierte que si la IA no se maneja de manera responsable, podría convertirse en un arma de desigualdad y control. Por ello, aboga por una regulación internacional similar a la Agencia Internacional de Energía Atómica para supervisar su desarrollo.

La IA no debe ser monopolizada por Silicon Valley

A pesar de que DeepMind es parte de Google, Hassabis ha insistido en mantener su sede en el Reino Unido. “Me gusta la cultura de innovación que tenemos aquí”, afirmó. Considera que la IA no debe estar centralizada en Silicon Valley, sino que debe desarrollarse desde diversas perspectivas culturales y científicas.

Rechazó mover DeepMind a California, incluso después de la compra por parte de Google, y ha defendido que la investigación en IA debe estar en manos de múltiples actores globales. “Es importante que haya otras voces involucradas, no solo un puñado de personas en un rincón de California”, señaló.

El inicio de una nueva era

Para Hassabis, la inteligencia artificial no es simplemente una herramienta, sino el comienzo de una nueva era. “Hace diez años nadie hubiera creído que podríamos predecir la estructura de todas las proteínas de la naturaleza. Hoy parece obvio”, destacó.

El desafío ahora es adaptarse a un mundo donde la IA será una parte fundamental de la vida cotidiana. “Somos una especie increíblemente adaptable”, concluye. En su voz no hay miedo, sino la certeza de que el cambio ya está en marcha y que la humanidad, de una forma u otra, encontrará su lugar en la revolución que él mismo ha ayudado a construir.

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